Experimentar para Aprender

Con frecuencia se oyen voces que promueven la idea de que fracasar rápido es una excelente forma de aprendizaje. Quizás no es la selección adecuada de palabras, porque si la idea era aprender, entonces no hay fracaso. Por eso, puede ser más relevante hablar de experimentar. Si, así como lo lee.  El método científico basa sus hallazgos en experimentar. Pero ¿Para que? Se experimente con el fin de validar si las hipotesis, intuición o supuestos  de un grupo de personas son ciertos.

Estos supuestos pueden ser creencias profundamente arraigadas en los valores organizaciones o en las prácticas grupales, por los cuales, su validación cuesta más de lo que parece.  De esto, Chris Argyris, nos previno entendiendo como se aprende:

  • En el aprendizaje de un único bucle se solucionan los problemas en base a lo aprendido en el pasado, los éxitos o fracasos, dentro de los modelos mentales sin cambiarlos. 
  • En el aprendizaje de doble bucle, se usan las experiencias e información previas para replantear los propios supuestos. Cambiándolos se puede obtener otros resultados que ataquen la raíz de los problemas más allá de donde se pueden ver en el único bucle. En el de doble bucle, el aprendizaje se realiza a través de la reflexión sobre la validez de los modelos mentales.

En las organizaciones, su propio sistema imposibilita e inhibe el aprendizaje de doble bucle. Replantearse el cómo y el por qué se hacen las cosas, es visto como irrespetuoso o excéntrico. No en vano una frase repetida ante la posibilidad de un cambio es: “Aquí siempre se ha hecho así y funciona. No hay razón para modificarlo”. 

Recomendaciones para la  Experimentación

El proceso de recibir retroalimentación durante un experiemento implica escuchar cómo las personas describen ideas, las palabras que usan y cuáles son las necesidades que reflejan. Es normal que las personas vean las dificultades con más rapidez que los beneficios, por lo cual es una gran ventaja para abordar nuevas direcciones. 

Algunos aprendizajes podrán ser considerados ajustes pequeños y otros cambios realmente mayores. No intente materializarlos todos y para ello, considere planificar su incorporación en diferentes momentos. Considere crear una hoja de ruta para asignar roles y responsabilidades y establecer hitos clave. 

Puede plantear los ajustes en una siguiente iteración, debidamente planificada en la cual usted y su equipo sintetizan y canalizan los aprendizajes en una nueva versión de su producto. Puede pasar por un poco de planificación antes de traer esta iteración al campo nuevamente. Este tipo de iteración es requerida si está pensando en hacer cambios a gran escala o si va a presentar un producto totalmente nuevo. 

Otra forma de incorporar cambios es a través de la Co-Creación. En esta modalidad, incorpora usuarios en su proceso de diseño. Su beneficio reside en la generación de insights inmediatos a la vez que ayuda a vencer la resistencia al cambio.

Priorice lo que surja como más significativo e impactante para avanzar. El pensamiento Lean prima nuevamente para eliminar lo que no sirve y enfocarse en lo que genera valor. Elija las pocas características que agregan más valor y prepárese para un nuevo estado: una prueba de concepto. 

Cada etapa en la que experimente, permite hacer diferentes tipos de cambio. Considere todas las opciones, pero una sólo será aplicada en cada iteración. En el libro Lean Start Up, Eric Ries propone cuáles pueden ser esos cambios:

  • Tomar sólo una parte del producto y mejorar un atributo. 
  • Tomar el producto e integrarlo a una solución más completa.
  • Seleccionar un tipo diferente de cliente. 
  • Modificar las métricas de éxito en su formulación o metas. 
  • Modificar el margen y valor del producto.
  • Cambiar el canal, la tecnología, recursos o aliados.

Cuando se aprende sobre lo que es realmente valioso para las personas, no se debe temer eliminar elementos que distraigan la atención de la experiencia principal.

¿Y como condenso lo aprendido?

Aprender es la clave para refinar las soluciones. Le Informa los siguientes pasos y ayuda a iterar, lo que algunas veces significa volver a la fase de diseño.  Es otra oportunidad para crear empatía a través de observaciones. La prueba también puede indicar si el problema fue enmarcado apropiadamente y posiblemente llevarlo a donde todo empezó. 

Durante el tiempo que se prueba un producto, es normal recibir todo tipo de comentarios positivos, negativos o neutros. Aprender en la retroalimentación, requiere la paciencia de un monje budista, mientras presencia todo tipo de comportamientos y frases durante la experiencia de prueba.

Para ello, se recomienda condensar los hallazgos en una malla de información. Esta malla recopila cuatro elementos:

  1. Características interesantes o valoradas
  2. Aspectos por mejor
  3. Dudas e inquietudes
  4. Adiciones o nuevas ideas.

Si quiere hacer uso de la Malla de información para condensar el feedback, puede descargarla con dar click

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Foto de Thirdman: https://www.pexels.com/es-es/foto/trabajando-producto-lluvia-de-ideas-pizarra-blanca-7181112/

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    Jaime E. García C.
    Jaime E. García C.
    Magister en Ingeniería Industrial enfocado en dirección y gestión de organizaciones. Especialista en derecho de los negocios. Docente de posgrado en gerencia de riesgos y proyectos. Certificado PMP el PMI, C3PM por ISCEA. Consultor en innovación, Gerencia de Proyectos y Cambio Organizacional.